miércoles, 27 de abril de 2011

Moda infantil: Grandes diseñadores, Tallas pequeñas



La moda infantil es uno de los ramos de la moda que más ha crecido en los últimos tiempo y los diseñadores más prestigiosos, se han dado cuenta de ello, ocupándose de diseñar para estos fashionistas de tallas pequeñas. Gigantes de la moda como Armani, Dior, Marc Jacobs, John Galliano, Donna Karan, Gucci o Ralph Lauren dedican el mismo esfuerzo y creatividad a la línea infantil de la firma.

Es un hecho, la alta moda ya no es sólo para los más altos. Las principales firmas están diseñando fabulosas líneas infantiles impregnadas de su habitual lujo y creatividad. Pero que los tamaños sean menores no quiere decir que sus precios lo sean… la mayoría tiene precios tan prohibitivos como las prendas de las colecciones de adultos.

Gucci, Fendi, Marc Jacobs y Stella McCartney son algunos de los diseñadores que recientemente incluyeron colecciones infantiles a sus marcas. La reciente apertura de un salón en Harrod’s dedicado exclusivamente a las prendas infantiles de diseñador demuestra el enorme crecimiento que está teniendo este sector. La estrategia de abrir líneas infantiles tiene sentido, si los padres pueden pagar prendas de diseñador para ellos, seguro lo harán también para sus hijos. Una encuesta realizada por la BBC Money Programme en el 2007 reveló que el 65% de los padres encuestados admitía gastar más dinero en ropas para sus hijos que en ellos mismos. Por otro lado, las colecciones infantiles tienen otro beneficio para las grandes marcas, los niños dejan las ropas rápido, por lo que siempre hay más ventas. De hecho, en la Unión Europea, las líneas infantiles lideran las ventas.

Otros factores que probablemente inciden en el crecimiento de las ventas de las prendas firmadas para niños es la obsesión del público por las celebridades (cuyos hijos visten prendas de diseñador de pies a cabezas), la cultura del consumo y el intento de los padres por compensar el poco tiempo que pasan con sus hijos consintiéndoles con prendas caras.

¿Quiénes compran estas prendas de lujo para sus hijos? Asombrosamente no solo lo hacen los ricos y famosos, sino también los padres de clase media que compran estas marcas aspiracionales de lujo con la intención de darles a sus hijos todo lo mejor que puedan.

Con tantos incentivos, no es difícil de comprender como tantos grandes diseñadores apuesten por la moda infantil, y debemos admitirlo, resulta imposible no adorar sus mini creaciones. La manera en la que los diseñadores logran replicar su estilo característico, dentro de su línea estética volcándose al diseño de colecciones de prendas infantiles que representan sus marcas es verdaderamente asombrosa. Muchos diseñadores como Paul Smith, Missoni y Jean Paul Gaultier aplican un enfoque de “mini me” a sus colecciones infantiles. Plasman en miniatura versiones más tiernas de sus diseños para adultos. Así Jean Paul Gaultier presenta pequeñas remeras con sus características rayas horizontales, Burberry lanza adorables mini versiones de sus famosos trenchcoats y Paul Smith y Missoni aplican sus particulares diseños multicolores a prendas mucho más reducidas que las habituales.

Para otras prendas, que se caracterizan por un estilo mucho más sexy y glamoroso, como es el caso de Gucci y Roberto Cavalli, crear líneas infantiles sin salir de su estética presenta todo un desafío. Pero lo sortean con su habitual creatividad. Para sus colecciones infantiles, Gucci rescata de su archivo los tradicionales emblemas de la marca, como el bambú y los herrajes ecuestres, para incorporarlos a sus mini diseños. Cavalli se mantiene fiel a su pasión por el animal print y los brillos, aplicándolos en sus diseños de una manera mucho más lúdica y atenuada.

Hoy en día los más pequeños pueden también vestir a lo grande, llevando prendas de importantes diseñadores, fabricadas con gran detalle, siguiendo los más altos estándares de producción y empleando materiales exclusivos y de gran calidad. En esta edición les invitamos a conocer algunas de las principales marcas de moda que han se han expandido al mercado de la moda infantil y los fascinantes productos que ofrecen.


Agatha Ruíz de la Prada: La excéntrica y versátil diseñadora española extiende su colorido y lúdico universo a su línea infantil proponiendo diseños llenos de humor y optimismo, extraordinario colorido y por supuesto sus tradicionales y vibrantes estampados de flores, nubes y corazones. Su línea de Bebé contiene prendas y accesorios para niños y niñas de 0 a 3 años y su línea para niños y niñas parte desde los 4 hasta los 12 años. Una verdadera ternura sus sandalias de esparto para bebés y sus coloridos vestiditos para niñas.

 Armani Junior: Giorgio Armani, el emperador italiano del buen gusto, presenta una colección infantil muy contemporánea que combina su habitual elegancia y confort con las últimas tendencias de la moda. Fieles a la filosofía Armani, sus diseños infantiles mantienen su estilo elegante, sobrio y refinado, así como la atención a los detalles y el empleo de los mejores materiales que las hacen extremamente ponibles y duraderas. Su línea Junior se subdivide en Armani Baby, Armani Junior y Armani Teen.

Baby Dior: La línea infantil de la marca francesa Christian Dior es sin dudas la más conocida entre las prendas de lujo para niños y también una de las pioneras. La primera boutique de Baby Dior abrió sus puertas en 1967 en la parisina Avenue Montaigne. Sus colecciones están pensadas para que los más pequeños puedan contagiarse también del glamour y el lujo de la firma Dior. La línea para bebés incluye ítems como batitas en algodón para recién nacidos, biberones, coquetos baberos y chupetes firmados, hasta peluches y ballerinas doradas con la D de Dior incrustada en cristales Swarovski para las bebas más osadas. La línea para niños incluye diversas prendas con el característico sello Dior. Los vestiditos de nena son una verdadera delicia, confeccionados en lujosos géneros como organza de seda o chifón de seda dignos de una princesita. Un ítem aDiorable es la muñeca de trapo Dior que viene con 3 vestiditos Dior para cambiarla.



Burberry Kids: La icónicamente británica marca establecida en Londres en 1856 lanzó su primera línea infantil a mediados de los 90s. Actualmente la línea infantil incluye desde peluches y prendas, hasta los más diversos accesorios, ofreciendo sin lugar a dudas las prendas más impregnadas del british chic del planeta. Sus colecciones, para niños de 0 a 14 años, son bastante conservadoras, en cuanto a que siguen líneas muy clásicas y tradicionales, proponiendo prendas adorablemente irresistibles. ¡Como resistirse a los vestiditos estampados con los cuadros de la casa Burberry o a su mítico trench coat disponible en tallas tan pequeñas como para bebés de 2 años por “tan sólo” 275 dólares!


Chloé Bebe: La firma de lujo francesa fundada en 1956 por Jacques Lenoir y Gaby Aghion cuenta con una preciosa línea infantil exclusiva para niñas. Sus prendas siguen el estilo femenino, delicado y chic de la casa. Sus vestidos son de una gama cromática suave y agradable, con gran simplicidad de formas y detalles finos. Predominan los tonos neutros, empolvados, beige, gris, crudo y rosa iluminados por leves acentos plateados, acordes al estilo de la casa: Moda de lujo pero sin estridencias.


D&G Junior: Siguiendo la estética de D&G (línea del dúo de diseñadores Italianos Doménico Dolce y Stefano Gabbana) esta línea infantil abraza la juventud y la diversión tan presentes en la moda. Ofreciendo prendas creadas para niños y niñas menores de 13 años visiblemente influenciadas por la cultura popular y de un colorido vibrante y divertido. La línea además de las habituales prendas, ofrece zapatos, trajes de baño, ropa interior, anteojos (tanto oftalmológicos como de sol) y fragancias. ¡Sus prendas con estampados florales en colores llamativos y con cuadritos vichy de la última colección primavera verano 2011 son absolutamente deliciosas e ideales para niños con mucho estilo!



Fendi Junior: El gigante de la moda italiana establecido en Roma en 1925 y conocido por sus carteras baguettes y sus exclusivos tapados de pieles recientemente lanzó su línea infantil: Fendi Junior. Para Silvia Fendi, la motivación para lanzar una línea infantil fue muy personal. A enterarse que iba a ser abuela de una niña decidió aliarse con la compañía italiana Simonetta (una de las principales casas de moda infantil) para desarrollar artículos infantiles. Lo que empezó como una línea de baberos, biberones y cochecitos con el monograma de Fendi, se fue expandiendo hasta abarcar toda una línea de indumentaria para niños desde el nacimiento hasta los doce años. Para la Sra. Fendi, el elemento de moda es muy importante en sus colecciones, pero lo principal es que se elaboren a mano y con materiales de primera calidad. En sus colecciones infantiles abundan los estampados florales y los cuadritos, siempre siguiendo el Bon Ton de un look casual pero chic en una auténtica línea de lujo para niños. Entre sus productos más adorables se encuentran las ballerinas para bebés de tela impresas con el logo de Fendi, al “módico” precio ¡de 150 dólares!

Gucci Children: Este gigante del “made in Italy” lanzó su primera línea infantil en junio de 2010 y lo hizo a lo grande. Lanzando su completísima colección simultáneamente en 40 tiendas alrededor del mundo, con una campaña protagonizada por Jennifer López y sus mellizos Max y Emme, acompañada por una donación de un millón de dólares para apoyar las escuelas africanas de UNICEF. La colección incluye prendas y accesorios para niños y niñas de 0 a 8 años. La directora creativa de Gucci, Frida Giannini, todas las colecciones de Gucci de esta temporada, tanto las de adultos como la de los niños, rescata los emblemas icónicos de esta tradicional casa. La colección de niños está hecha con la misma gama cromática y estampados de las prendas para adultos, los famosos monogramas, colores arena, combinaciones de azul marino y blanco, las franjas verde y rojas y los estampados de eslabones y detalles ecuestres tan propios de la casa. El logotipo de la línea, el osito de Gucci. Un detalle encantador: en los gifts sets para bebés viene incluído una versión en peluche del osito Gucci.


Junior Gaultier: el niño terrible de la moda parisina, Jean Paul Gaultier hizo valer su título de niño, lanzando en el otoño de 2009 su primera colección infantil. A su más puro estilo ajeno a los convencionalismos, introdujo su primera colección infantil en su desfile de prét a porter, haciendo desfilar a los niños junto a los modelos. En su línea infantil, para niños y niñas de 2 a 14 años, nunca faltan las prendas cargadas de sus famosas rayas horizontales, estampados escoceses, trajes de marinero, así como min trajes de alta sastrería, todos ellos impregnados de su habitual estilo irreverente y divertido.


Little Marc Jacobs: El más hip de los diseñadores americanos lanzó su primera colección infantil en el 2007. La amplia colección para niños de 0 a 12 años es fiel a la estética cool de Marc Jacobs y su filosofía de no incluir logos en las prendas. Sus modelitos son sin lugar a dudas prendas hipster para los más pequeños. Entre sus ítems más adorables están los estilosos blazers tipo smoking y saquitos de tweed para niños y los impermeables de plástico transparentes bordeados en rojo para niñas.

Moschino Bambino & Junior: La marca italiana establecida en 1983 se hizo famosa por su lema “Clásico con un twist”. Su colección infantil para niños y niñas incluye todo tipo de prendas, pero siempre manteniendo la actitud divertida y llena de humor de la firma. Sus colecciones infantiles hablan por ellas mismas con diseños que llaman la atención, mucho trabajo de moldería, colores intensos y un siempre presente toque de sofisticación para los más pequeños.


3.1 Phillip Lim for Kids: La línea infantil exclusiva para niñas que lleva la firma del talentoso diseñador cambodiano radicado en Estados Unidos es una auténtica réplica en miniatura de su colección femenina. Sus depurados diseños de líneas suaves dan mucho énfasis a las texturas y rinden un homenaje a la belleza de lo simple. Sus prendas infantiles tienen una gama cromática restringida a los tonos tierra, grises y negro, atípicos para niños pero absolutmente chic.

Roberto Cavalli Angels and Devils: Desde que este diseñador italiano lanzó su primera colección en 1972, se ha caracterizado siempre por marcar tendencia en vez de seguirla. Su línea infantil de 4 a 14 años, se divide en prendas para niñas con la colección “Ángeles”, en la cual mantiene su lealtad por su amor por los volados, moños y el animal print y sus prendas para niños “Diablos”, en la cual prevalece su estilo más dark y estructurado, con mucho dénim y colores oscuros. A pesar de estar cargados de animal print, sus diseños igual logran transmitir la ternura de las prendas infantiles, como lo prueban sus escarpines de bebé en leopardo rosa.


Sonia Rykiel Enfant: La admirada diseñadora francesa Sonia Rykiel siempre se ha caracterizado por transmitir su intelecto e individualidad excéntrica a sus diseños. Empezó a diseñar en 1967 sin ninguna experiencia previa cuando, embarazada de su primera hija, no encontraba ropas de embarazada que le gustaran. Al año ya estaba abriendo su primera boutique en París y ya era proclamada como “la reina de los tejidos”. Su colección infantil tuvo un origen similar. Sus nietos la inspiraron a lanzar en 1987 su línea enfant, compuesta por prendas para niños de 2 a 10 años. Sus colecciones infantiles, fieles a su estilo, prestan mucha atención al detalle, con combinaciones vibrantes que celebran con gracia la pasión de Sonia por las combinaciones atípicas de colores, texturas y estampados.



Stella McCartney Kids: Una diseñadora y madre de cuatro hijos como Stella, no podría dejar de tener su propia línea infantil. Durante el embarazo de su cuarto hijo en el 2009 desarrolló con gran éxito dos líneas con su nombre para BabyGap y Gap Kids, repitiendo la alianza en el 2010, diseñando prendas no sólo amigables con el medio ambiente, algo muy importante para Stella, sino que también accesibles, de manera a que no sean tan preciosas y puedan ser usadas y gastadas a gusto por los niños. En el 2010 lanzó su propia colección exclusiva para niños de 0 a 12 años, diseñada con materiales orgánicos y amigables con el medio ambiente e incluso géneros reciclados. Entre las prendas más adorables de la colección se encuentran las botas de goma amarillas para que los chicos salten en los charcos con estilo y los divertidos sacos retro de inspiración militar y unos lúdicos enterizos para niñas con culottes abullonados y alas incorporadas.


MADRE HAY UNA SOLA, PERO TIPOS DE MAMÁS... ¡MILES!


Cumpliendo el juramento que hice el año pasado sobre la tumba de Farrah Fawcett y que este año renové sobre la tumba de la regia Elizabeth Taylor, de no escribir nada melindroso ni cursi sobre las madres en mi columna, este año, he decidido hablar sobre los distintos tipos de madres.

Todas sabemos que madre hay una sola, pero también tenemos clarísimo que TIPOS de madre hay MILES. A cada quien nos tocó una mamá única e irrepetible, y todas ellas con algún rasgo distintivo que las hace algo difíciles de sobrellevar en el día a día. Cuando nos desahogamos con nuestras amigas sobre las penurias que a veces nos hacen pasar, empiezan a brotar centenares de historias sobre peleas, llantos y risas y nos damos cuenta de que no somos las únicas en haber deseado alguna vez que la mamá de nuestra mejor amiga nos adoptara. ¡No estamos solas en el mundo! Todas nuestras madres sin lugar a dudas tienen muchísimas virtudes….pero el combo siempre trae alguna que otra maña.

Ahora pasemos a abordar esta selección de tipos de mamá, en la que seguro encontrarán varias características de la madre que tienen en casa….¡o frente al espejo!

La Madre Sufrida: Es el fiel retrato de la victima eterna y ha hecho del chantaje sentimental su profesión. Nos recuerda una que otra vez que ELLA nos PARIÓ (por supuesto con MUCHÍSIMO dolor tras 34 horas de parto) y cada vez que se siente no despreciada por sus hijos (cosa que suele ocurrir varias veces por día) larga alguna letanía del tipo: “Y pensar que en mi época no existían los pañales desechables y los tenía que lavar A MANO, años me pasé fregando tus chiripás y vos ahora no tenés tiempo de llevarme un ratito al súper…. ¡criarás cuervos!” Al crecer se enferma de hobbie para llamar la atención y por más de hagamos todo lo posible por acompañarla de consultorio en consultorio para tratar cada una de sus múltiples ñañas, basta con que una vez no podamos hacerlo, para que le llame llorando a su comadre a quejarse de que la tenemos olvidada. Cuando nos vamos de la casa espera visitas diarias, y si no las cumplimos nos recibe con un: “Ahhh… ¡Apareciste!”. Si no la llamamos por un par de días, al contestar el teléfono se hace la que no reconoce nuestra voz agregando: “Es que hace taaanto que no me llamás….”

La Mamá Esponja: Es la típica madre absorbente, controladora y posesiva. Quiere que sus hijos siempre hagan lo que ella quiere, y COMO ella quiere. Para ella rige la ley de los tres siempre: siempre niños, siempre inútiles y siempre míos, por lo que está convencida que nunca dejarán de necesitarla para resolver todos sus asuntos. Nunca supera la costumbre de decidir por ellos. Y cree que como eligió su primaria, tiene derecho a elegir hasta su carrera. Cuando OSAN manifestar su opinión ella los ignora o los mira como si le estuvieran hablando en arameo. Es la típica metiche que quiere saber todo sobre sus hijos y sus amistades, y no descansará hasta lograrlo. Como no tiene vida propia y vive a través de sus hijos, éstos tienen que hacerla partícipe de absolutamente todas sus experiencias y decisiones. Desde su más tierna infancia va tejiendo sus redes informativas como toda una súper espía y no duda en irrumpir en todas y cada una de sus relaciones amorosas, sociales y hasta laborales. Su principal temor es que se le rebelen los hijos y decidan por sí mismos por lo que no acepta ningún tipo de disenso. Ante cualquier cuestionamiento ella contesta con un tajante: “Porque Sí”. La decisión ya está tomada y nada que los prójimos puedan hacer le hará cambiar de opinión.

La Mamá Ciclotímica: Es toda una caja de sorpresas. Uno nunca sabe hacia qué lado va a patear. Si amanece de buen humor es la reina de la paciencia y de la comprensión. Pero cuando amanece revirada es capaz de explotar con una fuerza tsunami-volcánica ante la más mínima provocación. Cuando amanece pirevaí, los castigos, los plagueos y los gritos están a la orden del día. Al crecer los hijos, como ya no les puede castigar, el sarcasmo se convierte en su nuevo canal de desahogo, adquiriendo todo el encanto ponzoñoso de un dragón de Komodo. Sus insultos y comentarios fuera de lugar, son capaz de arruinar hasta la cena familiar más amena. Pareciera hasta que aprovechara las festividades y reuniones para hacer gala de su mal carácter.

La Mamá Sobreprotectora: “¡Cuidado!” es su palabra favorita. Ella no sólo se encarga de solucionar los problemas de sus hijos, sino también hace lo imposible por evitárselos. Seguramente los prójimos ven hasta la más inocente calesita como si fuera una montaña rusa ya que cada vez que se acercan a una su madre grita desaforada: “¡No te subas ahí, porque te vas a caeeeer!! ¡Cuidaaadooo, atájate fueeerteeee!”. Está convencida que sus hijos están hechos de cristal y que la más leve caída puede ocasionar daños irreparables en sus frágiles cuerpecitos. Es la típica mamá exagerada que cree que se va a caer el mundo ante el problema más mínimo. Si alguno de sus hijos tiene el más leve asomo de fiebre ya le auto diagnostica con dengue hemorrágico y llama llorando a una ambulancia. Está al tanto de todos los riesgos de la sociedad y toma en cuenta hasta los de Tanganica con tal de tener siempre un motivo para alarmarse. Está convencida que todos los caramelos que se venden en la calle vienen con droga y que si sus hijos están a 10 metros de un fumador pueden desarrollar cáncer de pulmón. Ante la más leve corriente de viento, abriga a sus hijos como para ir a Siberia y si alguien estornuda en su cercanía empieza a desinfectar el ambiente y hace una llamada al médico para evaluar las posibilidades de contagio. Al crecer sus hijos, cada vez que estos abren la puerta para salir de noche les advierte sobre las últimas modalidades de secuestro y les recuerda que no besen a nadie sin antes exigirles un test de ELISA. Los espera despierta hasta que regresen, obviamente preocupadísima, dejándoles 145 mensajes en el celular agregando en cada uno de ellos algún motivo de preocupación que se olvidó de mencionar antes. No se va a dormir hasta no haberles hecho a sus hijos un alcotest, controlar la dilatación de sus pupilas y su temperatura.

La Mamá Despreocupada: Es el extremo opuesto y radical de la anterior. Pareciera que perdió todas sus neuronas en el parto. En su casa reina el caos. Llega tarde a todas partes, se olvida de todo (a veces hasta de sus hijos) y es la última en enterarse de las cosas. Si tienen fiebre, no se percatará hasta que los prójimos empiecen a delirar. Su bajo nivel de preocupación la convierte en una madre exageradamente permisiva que sonríe con cara de bombalicona hasta cuando sus hijos están literalmente descuartizando la casa del vecino. Nada la inquieta y nada afecta su paz. Sus hijos pueden estar trepados al árbol más alto del parque o golpeando con una guacha a sus primitos, pero a sus labios no se asoma ni el más tímido de los retos. Cuando sus hijos “redecoran” una habitación ajena pintando sus paredes con monigotes y paisajes infantiles, en vez de alterarse, es la primera en elogiar la iniciativa artística de sus pequeños Picassos ante la cara de espanto de la dueña de casa.

La mamá Prusiana: Rígida y estricta son los adjetivos que mejor la describen. Sus hijos siempre se comportan bien en la mesa, tienen su dormitorio siempre ordenado, jamás dicen groserías ni hacen travesuras, sacan excelentes notas, saludan educadamente y dicen por favor y gracias. Para los dos años ya parecen haber incorporado todas las normas sociales que existen ya que su madre se encargó de inculcarlas desde su nacimiento. Sus hijos responden tan bien a sus órdenes monosilábicas que parecen haber sido entrenados por un entrenador de perros y ella soluciona cualquier eventual desliz con una mirada autoritaria digna de un oficial de la SS. Si bien son muy admiradas por las demás madres, uno no puede dejar de sentir una lástima inmensa por sus pequeños soldaditos del orden y la disciplina.

La Mamá Cool: Es canchera, farrista y buena onda y en su casa deja que los niños hagan lo que quieran; y si bien reina el caos, la diversión está a la orden del día. Ella escucha rock and roll y tiene novio y como es una eterna adolescente, más que madre, se considera la mejor amiga de sus hijos. Todos los amigos de sus hijos la adoran y secretamente desean que ella los adopte. A la par, sus propios hijos desean desesperadamente también ser adoptados por otra madre. Su hija probablemente está podrida de que su madre le robe la ropa y compita con ella y sus hijos estarán hartos de que irrumpa en sus reuniones haciéndose la canchera con todos sus amiguitos.

La mamá New Age: Lo suyo son las causas y el pensamiento positivo. Como tiene un doctorado en alguna ciencia social, tiene el dinero suficiente para enviar a sus hijos al mejor colegio bilingüe pero los anotó en una escuelita graduada “para que conozca la realidad y no viva en una burbuja”. Lleva a sus hijos a cuanta marcha de protesta y seminario yogi haya en el país. No les permite ver televisión ni usar la computadora e intenta convencerlos a toda costa que de lo lindo que es hacer talleres de reciclaje y huertos caseros orgánicos en su tiempo libre. Sus hijos apenas conocen el azúcar (obviamente morena) y jamás probaron siquiera un sorbo de gaseosa. Les enchufaba té verde en la mamadera y las merienditas “naturales” que llevan al cole hacen llorar de lástima a sus profes. Si bien sus hijos lo único que desean es ver Cartoon Network, tomar coca y atiborrarse de golosinas, ella está convencida que en su casa reina la armonía gracias a los cristales, las esencias ayurvédicas purificadoras y la orientación feng Shui de sus muebles.

La mamá Malcriadora: Está como hipnotizada por sus hijos y siente una especie de adoración hacia ellos que la enceguece de todos sus males. No escatima en gastos con tal de verlos felices y es capaz de contratar al Cirque du Soleil para animar sus cumples con tal de agasajar a sus bebecitos y de paso hacer morir de envidia a todas sus amistades. Suelen desarrollar la tediosa costumbre de simular interés preguntando a todos sus conocidos una infinidad de preguntas sobre sus hijos, tipo: ¿Cuándo empezó Susanita a gatear? ¿Cuándo aprendió Juancito a leer? Sus verdaderos motivos pronto quedan revelados, cuando con cada respuesta, ella termina comparando a sus hijos, quienes por supuesto siempre empezaron a gatear y a leer 10 meses antes que cualquier ser humano del planeta. Generalmente crea demonios insoportables, a quienes nadie quiere recibir en su casa, pero ella sostiene que todos le envidian sus hijos por lo brillante y superdotados que son.

La Mamá Fashionista: Siempre es la más regia en todos los cumples y reuniones escolares y sus hijos parecen sacados de un catálogo de Baby Dior. Su lema es estar siempre a la moda y las notas están siempre en un segundo plano. Para ella lo importante no es que sus hijos traigan 5 en la libreta, sino que traigan puesta siempre las mejores pilchas. Sus cumples son siempre hiper mega ultra fantásticos, pues lleva a su decorador personal para decorar hasta los cumples que festeja en el recreo del cole. Desde la más tierna edad sus hijos ya están familiarizados con la pelu, el dietólogo, el gimnasio, el spa y el solarium.Cuando crecen, sus prolijos mini fashionistas terminan más huecos que la madre y moviendo sus cabezas al unísono pueden formar un excelente grupo musical de maracas.

DAR UNA VIDA ENTREGANDO LA MÍA: MABEL ARCONDO Y DANIEL MILESSI



Mabel Arcondo fue una pintora autodidacta, nacida en Asunción en 1940. Su admirada obra pictórica, las difíciles circunstancias de su vida, su espíritu inquebrantable y la increíble entrega de amor y vida que hizo a terminar sus días la convirtieron en una especie de personaje mítico de la pintura paraguaya. Al respecto, su amigo Manolo Prieto comentó: “Caso singular este de Mabel, pues pocas veces antes la atención del público se había dirigido tanto a los aspectos puramente privados de la vida de un artista, como cuando de ella se hablaba. Mabel y sus circunstancias: una parálisis progresiva, una personalidad casi indomable, un círculo de amigos incondicionalmente afectivos, ser descaradamente del signo de escorpio.”

A los 17 años, una epidemia de poliomielitis la ataría por el resto de sus días a una silla de ruedas. La enfermedad la hizo atravesar una serie de pruebas extraordinariamente difíciles para una adolescente: prolongadas internaciones en las cuales era sometida a incómodos y dolorosos tratamientos, días de soledad e ilusiones rotas coronados por la intolerable angustia de la inmovilidad.

Pero frente a estas duras pruebas triunfa su espíritu. Sus ganas de vivir, su inagotable imaginación y aquel pincel que sostenía dificultosamente con una mano y dirigía con la otra salen al rescate. En su obra teje un mundo de sueños, de fantasías, de magia, de poesía, en los que siempre se puede encontrar un rastro de aquella niña que no se dejaría vencer por las adversidades.

Para una muestra realizada en su homenaje en la Galería de Pintura naif y Arte primitivo Ysanne Gayet en octubre de 1993, el maestro Livio Abramo escribe: “Y con Mabel, el arte. El arte, que fue para ella no sólo la realización de una natural tendencia como también un medio de liberación y de afirmación de la vitalidad de su espíritu. Mabel supo encontrar un canal de evasión que es el arte, volcando en él toda su fina sensibilidad enriquecida con los elementos que su extensa cultura le ofrecía como complementación de su lenguaje expresivo. Y como convenía a ella, su arte es toda reminiscencia, connotaciones con lo inconsciente. Fantasía y misterio matizados por un raro y extraño sabor a cosas de infancia. Esto es lo que presta particular encanto a su pintura: la ingenuidad, sin embargo muy refinada, de la forma comentada por el sapiente, dramático y muchas veces irreal colorido. Colorido que es, en la pintura de Mabel, su más madura y significativa conquista plástica. De sus cuadros emana siempre un significado recóndito, simbólico, que podemos hasta calificar de superreal, en un ejemplo casi único en el arte paraguayo”. (“Diccionario de las Artes Visuales del Paraguay”; Lisandro Cardozo, 2005.)

Su enfermedad tampoco socavó su sentido del humor y sus ganas de vivir lo más intensamente posible. Mabel era un personaje fijo en las tertulias artísticas de la época, muchas de las cuales se realizaban en su propia casa. Todos la recuerdan con cariño, siempre dispuesta a ayudar a sus colegas pintores y a abrir las puertas de su casa para una partida de bridge o una noche de fiesta. Mabel en cierta ocasión expresó: “Lo más lindo que tienen algunas personas es la manera absolutamente generosa de darse”. En toda su vida, la misma Mabel se mantuvo fiel a este lema; pero fue al final de su existencia, cuando realizó su más generosa entrega.

En los últimos años de su vida el trabajo de Mabel se volvió especialmente intenso y fértil. A la renuncia que le imponía su enfermedad a tantos aspectos de su realización como mujer, Mabel supo contrarrestar con esperanza. Ella no se resignaba a vivir a medias, quería vivir, pero en mayúsculas y que su existencia no se limitara al ver al mundo a través de una ventana. Mabel soñaba con casarse y sobretodo guardaba en su interior un enorme anhelo por tener un hijo. Al respecto, su gran amiga Lucy Yegros recuerda: “Cuando yo estaba embarazada, ella a veces me decía, medio en broma y medio en serio: ¡No me vengas a visitar, no te puedo ver así que te tengo envidia por tu panza! Y yo le contestaba que ella también algún día tendría un hijo; y lo tuvo. Para mí, su hijo Daniel es su obra maestra.”

A mediados de los años setenta, Mabel conoció al artista Rubén Milessi, quien se convertiría en su pareja y la ayudaría a hacer realidad el gran sueño de su vida: ser madre. Pero así como lo fuera todo en la vida de Mabel, la maternidad no le sería fácil. Debido a su enfermedad, los médicos se opusieron al embarazo. Le advertían que éste pondría en peligro su vida y le recomendaban el aborto. A pesar de todas las advertencias, ella estaba dispuesta a asumir el riesgo a fin de completarse como mujer extendiendo su vida en otro ser. Su respuesta fue firme: “Yo quiero dar una vida entregando la mía.”

La maternidad largamente imaginada fue poblando sus lienzos con aquel hijo soñado. Pero tal como habían pronosticado los médicos, su embarazo y el nacimiento de su hijo Daniel conformarían el último capítulo de su vida. El 3 de junio de 1976 pudo conocer el rostro de Daniel y ver cumplido su sueño de ser madre. Al poco tiempo su salud se deterioraría con una embolia pulmonar que la llevaría a su temprana muerte a los 36 años.

Más la historia de Mabel y Daniel no termina aquí. Algo que Mabel no podría haber sabido, pero que podemos aventurarnos a pensar que soñaba, era que su hijo seguiría sus pasos en el arte. El fin de la vida de Mabel, significó una entrega enorme, una muestra de amor en su expresión más pura. Significó, tal como ella lo había profetizado, dar su vida por una nueva: la de su hijo, el artista Daniel Milessi.

Daniel Milessi actualmente es un joven artista y diseñador paraguayo que trabaja con medios digitales. Ha participado en importantes muestras y su obra ya ha sido premiada en varias ocasiones. En el 2003 fue Premiado con el 2° Premio del Salón de Arte La Nación por su animación “Yasururú Sororó” y en el 2005 con el prestigioso premio Henri Matisse por su video “Escargots”.

Daniel fue criado por su tía María Eugenia Ratti de Auad, prima hermana de Mabel, quien la acompañó en sus últimos días. Queña, como conocen a María Eugenia, adoptó a Daniel y le proveyó de una fuerte imagen materna y todo el cariño de una madre, manteniendo siempre vivo el recuerdo de su querida prima y amiga. Queña le contó desde chiquitito quien era su mamá, cómo era y le fue narrando numerosas historias y anécdotas sobre ella. Así Daniel creció con una madre muy presente y otra madre idealizada, tejida en sueños y envuelta entre mitos y leyendas.

Sus padres adoptivos le siguieron vinculando a todo lo que era el mundo artístico y cultural, alentándolo a que siguiera los pasos de su madre en el arte. Para Daniel crecer con el mito de su madre significaba también la necesidad de conocer cómo era su madre en realidad. “Yo tuve una mamá que me cuidó, que significó una figura materna muy fuerte, Queña, y otra que conformaba una figura materna todopoderosa, que era Mabel. Crecí con una mamá idealizada y de alguna manera esto a mí me vinculó a lo que es mi carrera artística. Yo creo que me encuentro mucho con ella cuando trabajo artísticamente. De alguna manera me encuentro con ese espíritu de la creación. Como dice mi mamá Queña, la sangre no es agua. Si bien tuve mucho apoyo con la cuestión cultural por parte de mi familia adoptiva, la carrera artística fue una elección propia.”

Al comienzo el arte le produjo cierto rechazo a Daniel, pues se sentía muy presionado a seguir los pasos de su madre, y ante esta situación adoptó una actitud de rebeldía frente al arte. Cuando su ex esposa emprendió un trabajo de catalogación e investigación de la obra de su madre, Daniel tuvo la oportunidad de conocer más a fondo su trabajo, su proceso pictórico, conocer cuadros que nunca antes había visto y que le llegaron mucho, como su serie de obras oníricas, con las cuales se sintió muy identificado. El retomar la obra de su madre, fue el primer paso que lo llevaría a hacer las paces con el arte. “El propio hecho de ser adoptado lleva a uno a estar latente de sus raíces. Aunque uno haya sido súper bien contenido y cuidado, y haya vivido un ambiente familiar fantástico, de alguna manera uno siempre tiene en su interior una especie de búsqueda personal para encontrar las raíces propias.”

Otra experiencia fundamental que sirvió a volcarle definitivamente en el camino del arte fue el conocer a Danielle Covo, compañera de su madre en el hospital, quien de alguna manera mantenía el secreto de todo lo que era su mamá. Danielle también fue víctima de la epidemia de poliomielitis y compartió con Mabel una gran amistad. A pesar de la distancia siempre se mantuvieron en contacto escribiéndose cartas muy emotivas. Daniel y Danielle se contactan primero por email y cuando Daniel fue gana con el Matisse una beca para viajar a París, tiene la oportunidad de conocerla en persona. “Mi nombre viene de ella, me lo puso mi madre en honor a la relación que tuvo con ella. Fue muy fuerte conocerla. Como ella es psicóloga y sobreviviente de la poliomielitis me contó lo que fue para ellas atravesar toda la experiencia del hospital. Me contó lo que era el tratamiento y la terapia para la polio en la época, que era algo tenebroso. No podían abrir las ventanas del hospital, las colocaban desnudas en un giroscopio y las hacían girar frente a todos los estudiantes de medicina. Fue una experiencia súper dura. Hablar con Danielle fue como conocerle a mi mamá, porque su experiencia en el hospital fue exacta a la de mi mamá. Fue súper removedor. Allí me di cuenta del esfuerzo sobrehumano que hizo mi madre para trabajar.”

Pero ya desde sus primeros contactos por e-mail, la expectativa de conocer a Danielle Covo ya había tenido algo que ver con su obra. “El primer vínculo que tuve con Danielle, fue por mail antes de viajar a Francia y ella me había hablado en uno de sus mails de comer una sopa de caracoles clásica francesa cuando nos encontráramos. De alguna manera los caracoles tenían algo que ver con esto que es mi mamá.” Así surge la obra “Escargot”, en la cual filma a dos caracoles que se acercan y se van entrelazando, dando la ilusión de estar teniendo sexo. “Filmé a los caracoles por dos horas y luego le agregué la cuestión de la necesidad de mujer que tenía mi madre, y adapté el video como si fuera una película del ‘76 año en el cual nací y lo musicalicé con un tema de la época: “Je t’aime moi non plus” de Serge Gainsbourg. Así fui armando una fantasía en video de los últimos años de vida de Mabel. Con esta obra gané el Matisse y esto de alguna forma me llevó a reencontrarme con mi madre.”

Si bien el tema de su madre fue importante para reconciliarse con el arte y para aprender su propio lenguaje, en su obra, Daniel aborda diversos temas. “La obra de Mabel no es muy accesible para la nueva gente interesada en el arte, pero sí para la vieja guardia para quien Mabel es una figura emblemática. Estamos hablando de una artista que está en museos de arte latinoamericano al lado de grandes artistas como Frida Kahlo. Creo que yo debería reivindicar su trabajo a través de mi trabajo y con mi propia óptica. Cuando no hablo de ella en mi obra y abordo mis propios intereses personales, de alguna manera le estoy haciendo justicia porque ella terminó su vida para que comience otra nueva, y ésta otra no tiene que estar tan atada a ella. Creo que estaría muy orgullosa de mí por tratar mis propios temas. El tema del sufrimiento de la mujer paraguaya está muy presente en mi obra. Aunque ella no haya sido una campesina, de alguna manera Mabel mostraba el carácter de la mujer paraguaya, su sufrimiento y esas ganas de superarse.”

La reunión con Danielle también le inspiró para hacer un archivo fotográfico que este año se va a materializar. “Planeo abordar los mitos y leyendas de Mabel Arcondo, pero mostrados a través de la fantasía de la imagen. La muestra seguirá dos rumbos. Uno que abordará su obra y otro que abordará su vida. En la muestra convergerán fotografías mías y todo lo histórico que tengo de mi madre, cartas, cuadernos, fotografías familiares acompañados de un montaje en video y una muestra de su obra y su vida. Es un proyecto mucho más personal que artístico. Es la visión de un artista sobre otro artista, pero va más allá de esto, es una búsqueda del hijo a la madre.”

Otro de sus proyectos es el de abrir una residencia artística, que este año se hace realidad con la Galería Planta Alta, trabajando en coordinación con otros países y otros espacios. “El Proyecto nace del centro cultural de España en Sao Paulo, quienes armaron una red de residencias, y como parte del cierre de las actividades de este centro, se pasa el poder gestionante a los propios espacios. Recientemente viajé a Lima a la reunieron los 24 espacios para decidir el futuro de esta red y ver como sostener un trabajo de autogestión que de alguna manera profesionalice al artista, al curador y al investigador. En cierto modo, este proyecto también es una manera mía de homenajear a mi madre, quien siempre recibió y apoyó a muchos artistas.”

En sus últimos meses de vida, Mabel soñó mucho a su hijo y lo pintó en varios cuadros. Hoy quien la sueña es Daniel. “Yo la sueño todo el tiempo. Nuestra relación se basa en sueños. En sueños he hablado con ella, he caminado con ella. Incluso me la describieron como un ángel cuidándome y esto me hizo dudar que fueran solo sueños. Siempre la siento como un halo protector alrededor mío. El hecho que ella haya entregado su vida por la mía significó un enorme peso encima de mí. Hoy le diría gracias por esperar, porque fue largo el proceso hasta llegar no solo a ser artista, sino también a convencerme de que debía reivindicar su trabajo.”

domingo, 24 de abril de 2011

Historia del Perfume: Aromas Perdurables


Probablemente la historia del perfume tiene sus orígenes en la prehistoria, cuando algún anónimo hombre primitivo encendió una fogata para calentarse y por pura casualidad utilizó ramas con resinas y éstas comenzaron a desprender un olor agradable. De hecho, el nombre perfume proviene del latín per (por) y fumare (a través del humo), refiriéndose a la sustancia que desprendía un humo fragante al ser quemada. El hombre primitivo encontró esta fragancia tan agradable que la ofreció a sus dioses para rendirles culto. En un principio estas delicadas fragancias estaban reservado a los sacerdotes y a los reyes o faraones, auténticos dioses en la tierra. A lo largo de las épocas fue pasando a los demás estratos sociales, pero manteniendo siempre su sentido de exclusividad y lujo.

No sabemos exactamente en qué momento el perfume empieza a emplearse en la cosmética. En Mesopotamia, cuna cultural de las civilizaciones, aparece la primera referencia a la perfumería en las tablitas que narran la historia de Gilgamesh, escrita hace 5.000 años.

El antiguo Egipto tuvo una de las industrias perfumistas más importantes de la antigüedad. La elaboración de los perfumes era reservada a los sacerdotes. En un bajorrelieve del Templo de Edfú, se encuentran escritas en jeroglíficos muchas recetas para elaborar perfumes. Los coquetos egipcios literalmente se bañaban en aceites aromáticos de jazmín, lirio, jacinto y madreselva. Las mujeres de la alta sociedad tenían la extraña costumbre de perfumar sus cabezas poniéndo debajo de sus pelucas unos conos hechos de grasa y perfumes que se iban fundiendo con el calor corporal. También aplicaban un aroma diferente a cada parte del cuerpo. Cleopatra se untaba las manos con Kyaphi, un aceite de rosas, azafrán y violetas, y se perfumaba los pies con Aejiptium, una loción a base de aceite de almendras, miel, canela, azahar y alheña. Cuando se abrió la tumba de Tutankhamón en 1922 encontraron varios recipientes que aún expedían un suave aroma al ser abiertos.

Al llegar los hebreos a Egipto adoptan la costumbre utilizar perfumes tanto en sus ritos como sus cuerpos, llevándola a Israel. La Biblia hace referencia en infinidad de ocasiones a los perfumes. Cuando la reina de Saba, quien procedía del “país de los perfumes” visita a Salomón nos narra la Biblia: “Nunca llegaron a Jerusalén perfumes con tanta abundancia como cuando la reina de Saba los trajo para Salomón”. Tal vez sea por este motivo, que en el Cantar de los Cantares, que escribió Salomón inspirado por la reina de Saba, resplandece la máxima exaltación a los perfumes. Otras referencias aparecen cuando Noemí aconseja a su nuera Ruth que se perfume para agradar a Both, el dueño de los campos donde aquella trabajaba; o cuando Judit se arregla y se perfuma para seducir a Holofernes y liberar a su pueblo. El Nuevo Testamento también los menciona, cuando María, hermana de Lázaro, unge con perfume los pies de Jesús y en la adoración de los Reyes Magos en Belén, cuando ofrecen al niño Jesús, oro, incienso y mirra. Nunca un perfume había tenido un destino mayor.

Los griegos pronto adoptaron de Egipto el gusto por los perfumes y el hábito de emplear aromas distintos para cada parte del cuerpo. Alrededor del año 400 a.C., los escritores griegos recomendaban hierbabuena para los brazos, canela o rosa para el pecho, aceite de almendras para manos y pies y extracto de mejorana para cabellos y cejas. Cuentan que Alejandro Magno era capaz de perfumar cualquier habitación con sólo el aroma de su cuerpo. De hecho, los jóvenes griegos llevaron el uso de los perfumes a tal extremo que Salón, uno de los siete sabios de Atenas, cansado de tanto efluvio, promulgó una ley (por supuesto pronto derogada) prohibiendo la venta de esencias. Sócrates tampoco era muy fanático de los perfumes y afirmaba que los hombres no debieran usar perfumes, puesto que una vez perfumados, tenía el mismo olor un hombre libre y un esclavo.

De Grecia, los perfumes llegan a Roma, donde gracias a la prosperidad del Imperio, su uso se extendió a todas las clases sociales. Se constituyeron gremios de perfumistas, conocidos como unguentarii, cuyo negocio floreció. Éstos elaboraban tres tipos básicos de perfume: ungüentos sólidos compuestos de un único ingrediente (por ejemplo, almendra o rosa); líquidos compuestos de flores, especias y gomas trituradas en una base aceitosa; y perfumes en polvo preparados con pétalos de flores pulverizados con especias.

Al igual que los griegos, los romanos disipaban perfumes en sus personas, sus ropas y los muebles y baños de sus lares. Como la moderación no era una característica muy romana, pronto el uso de perfumes y ungüentos se convirtió en abuso. Los soldados se perfumaban antes de entrar en combate y después de luchar (obviamente sólo si sobrevivían a la contienda). En sus teatros, impregnaban el velo que cubría el anfiteatro de aguas perfumadas que al extenderse dejaban caer una lluvia fragante sobre los espectadores. Pero más teatral que el uso del perfume en el teatro fue su uso en los palacios. Nerón soltaba palomas con las alas perfumadas para que esparcieran por la sala sus aromas y llegó a gastar cuatro millones de sestercios en aceite, agua y pétalos de rosa para sí mismo y sus invitados en una sola fiesta. Al morir su esposa Popea, hizo quemar sobre la hoguera una cantidad de perfume que superaba la producción anual de Arabia. ¡Hasta perfumó a las mulas que formaron parte del cortejo fúnebre!

Estos excesos no iban de acuerdo con la austeridad y humildad que pregonaba el cristianismo; y con su expansión, el perfume se convirtió en sinónimo de decadencia. En el siglo II la Iglesia condenó su uso, produciéndose en Europa una gran disminución en su uso, que quedó reducido a las cortes de algunos reyes y nobles. El imperio Bizantino de Oriente, heredero de Roma, tomó la posta en el arte de la perfumería, desarrollando una importante industria, quizás más que la de Roma, por el hecho de tener más cerca las materias primas.

Pronto surgiría una nueva potencia perfumera, la de Arabia, conocida por los clásicos como "la tierra de los perfumes", pues de allí venían la mayoría de las especias aromáticas. Gracias a sus importantes rutas comerciales acercaban al occidente todas las exóticas esencias provenientes del lejano Oriente, principalmente de China y de India. China ya contaba en el s. VI con grandes artesanos jardineros que destinaban parte de sus cosechas al prensado de pétalos para la fabricación de perfumes. En la India la perfumería también se encontraba muy desarrollada. Una de las artes obligatorias en el Kamasutra es perfumarse para formar una sólida alianza entre aroma y amor, favorecedora del encuentro erótico.

Los árabes supieron asimilar y perfeccionar los conocimientos en perfumería de las culturas anteriores (sus antepasados mesopotámicos) y de aquellas con las que entraban en contacto comerciando, incorporando también nuevas técnicas. Fueron ellos quienes empezaron a usar el alcohol como soporte de las esencias para elaborar los perfumes. Extendieron el uso del agua de rosas y de hibisco o algalia y empezaron a usar aceites de origen animal como el de almizcle, ámbar gris, civeta y castor.

Los cruzados, al regresar del Oriente cargados de fragancias exóticas, reavivaron el interés de Europa en los perfumes. Como la higiene personal dejaba mucho que desear, las mujeres de las clases altas (no precisamente más limpias por ser más pudientes) se perfumaban con fuertes y persistentes aromas, como el ámbar, que disimulaban, dentro de lo posible, su hedor. Así volvieron a perfumarse las cortes de España, Italia y Francia.

En el Renacimiento, los avances en la química permiten perfeccionar las técnicas usadas en la extracción del perfume mediante la destilación. Venecia y Florencia son las capitales de la perfumería. Cuando Catalina de Médicis salió hacia Francia para casarse con el rey Enrique II, llevó entre su séquito a su perfumista personal, Renato de Florencia. Catalina se convierte en la embajadora del perfume en Francia al imponer la moda del uso de guantes perfumados. Grasse, un pequeño pueblo al sur de Francia que fabricaba guantes empezó entonces a perfumarlos ya en la fábrica. Para eso comenzaron a cultivar lavanda, jazmín, mimosa, naranjos y rosas, convirtiéndose en el centro de la perfumería mundial hasta nuestros días. Así Francia pasa a ocupar el trono del mundo perfumero.

La higiene renacentista dejaba mucho que desear. Se estilaba lo que hoy conocemos como “baño francés”, en el cual el baño se reduce a pasarse esponjas perfumadas por axilas y muslos. Con tanto desaseo no es de extrañar que el perfume, muy práctico para disimular el “olor de santidad” como se llamaba en ese entonces a la fetidez humana, fuera popular entre los nobles. Sin embargo algunos siguieron rechazando bañarse y perfumarse. Famoso es el caso del hedor de Enrique IV de Francia, quien no se lavaba nunca y ni siquiera se tomaba la molestia de perfumarse. En su noche de bodas, su esposa estuvo a punto de desmayarse y cartas de sus amantes testimonian las nauseas y mareos que sufrieron al compartir su lecho.

Las cortes francesas, en particular las de Luis XIV y XV se convierten en grandes consumidoras de perfumes, obviamente por necesidad, pues a pesar de la elegancia de los vestidos y pelucas versallescas, éstos eran necesarios para disimular la mala higiene y la fetidez común en la época. Allí se instalan los primeros laboratorios de perfumistas donde se elaboraban y vendían perfumes para la nobleza.

Durante la revolución francesa se estancó la venta de los perfumes, demasiado asociados a la nobleza; pero los astutos perfumeros franceses encontraron una forma de hacerlos atractivos para el pueblo revolucionario y salvar su industria. Introdujeron el “Parfum à la Guillotine”, una fragancia que pronto se puso tan de moda como la guillotina misma.

En la época napoleónica comenzó una nueva era para la perfumería. Desde entonces, los perfumistas, que hacía poco habían pasado de simples artesanos a pequeños industriales, dieron el impulso inicial que convertiría a la perfumería en una industria que hoy mueve cantidades siderales de dinero en todo el mundo.

En el siglo XIX se empiezan a producir esencias aromáticas mediante la síntesis, como la ionona, sustancia de olor casi idéntico a la flor de la violeta. Con esta técnica no sólo se abarataron los costos sino también se solucionó uno de los grandes problemas de la industria perfumista: la volatilidad. Las esencias obtenidas sintéticamente, aunque no son naturales, son menos volátiles, haciendo que el perfume dure más tiempo. A fines del siglo XIX la industria de la perfumería francesa ya empleaba a más de veinte mil personas, exportando perfumes a todo el mundo. 

François Coty fue uno de los primeros exponentes de la perfumería moderna. Percatándose de que aparte de la fragancia importaba también la publicidad y el envoltorio de su producto, se asocia con  importantes artistas cristaleros como René Lalique y Baccarat para crear el frasco perfecto para cada perfume. Pronto otros perfumistas como Guerlain, Orsay, Molinard y Roger & Gallet lo imitarían.

A inicios del siglo XX un nuevo grupo de perfumeros trasforma para siempre la perfumería: los diseñadores de moda. En 1911, el modisto Paul Poiret, fue el primero en tener la idea de crear una línea de difusión perfumera para complementar sus colecciones de ropa. Bautizó a su perfume “Les Parfums de Rosine” en honor a su hija mayor. Así se inicia la perdurable alianza entre la alta costura y la perfumería. En 1921 Cocó Chanel, lanza un perfume con su firma, el legendario Chanel Nº 5, que se diferenciaba de los demás por no desprender el típico aroma floral femenino tan común en la época. Este perfume llegó a ser tan popular, que en 1954 la mítica Marilyn Monroe afirmó en una entrevista que lo único que usaba en la cama eran “unas gotas de Chanel N° 5”. Millones de mujeres hicieron de esta lujosa fragancia su sello característico, lo que hace que sea el perfume más legendario de Francia y el más vendido de Chanel. ¡La compañía estima que cada 55 segundos se vende una botella en algún lugar del mundo!

 En los años 30, surgen fragancias llamadas “cuero”, con notas secas recordando el olor del cuero, como “Scandal” de Lanvin y “Cuir” de Chanel. Los aromas florales evolucionaron con perfumes como “Je reviens” de Worth, “Fleurs de Rocaille” de Caron y “Joy” de Jean Patou.

Tras la Segunda Guerra Mundial nacen los célebres perfumes “Femme” de Rochas, “Ma Griffe” de Carven, “Miss Dior”, “L' Air du Temps” de Nina Ricci y “Vent Vert” de Balmain. En los ‘50, la perfumería francesa estaba en su apogeo. Ya todos los grandes nombres de la moda como Elsa Schiaprelli, Pierre Balmain, Carven, Christian Dior, Nina Ricci y Givenchy,  tenían su propio perfume.

En los últimos cuarenta años, la industria perfumera creció enormemente. Para que se hagan una idea de su expansión, en 1993 se lanzaba un nuevo perfume cada semana. ¡Hoy en día prácticamente se lanza uno cada día!

Los perfumes nos permiten poseer algunas gotitas del lujo y distinción de las más prestigiosas marcas. Pero ante todo, nos permiten evocar gratas memorias como el recuerdo del dulce aroma del abrazo materno o la fragancia insinuante de nuestro gran amor.